Corría el año 1950 cuando Alan Turing publicaba su obra "Computing Machinery and Intelligence", pero no sería hasta el 1956 cuando realmente aparece el término Inteligencia artificial. Desde entonces hasta hoy, la evolución de la llamada "densidad digital" ha sido y sigue siendo imparable mediante el aumento de la capacidad de computación, la digitalización del mundo físico, la mejora en los algoritmos de IA y unas herramientas y lenguajes de software mucho más abiertos.
Todo ello, hace que la inteligencia artificial (fuerte o débil), entre en nuestras vidas procesando y analizando toda la información que le hacemos llegar a nuestra infinidad de dispositivos, operando en consecuencia y aprendiendo de nuestros hábitos cada uno de ellos.
Debemos tener en cuenta que tras esta inteligencia artificial existe un estudio, un aprendizaje de patrones, un análisis y una predicción computacional, y esta tecnología, no es gratuita. Detrás de una pregunta a SIRI o un consejo de ALEXA hay empresas, lobbies e incluso gobiernos que compiten por esta nueva herramienta de control social.
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Esto se pone de manifiesto cuando desde los altos dirigentes gubernamentales y directores ejecutivos de las empresas de tecnología, hasta senadores y líderes estadounidenses en la reunión del G7, han solicitado estándares internacionales y barreras mucho más estrictas para controlar la inteligencia artificial y como esta influye en nuestras vidas de forma directa.
Let us walk you through all the most (and least) promising efforts to govern AI around the world. (Fuente: MIT Technology Review)
Un proyecto de ley reciente incluye prohibiciones sobre los usos de la inteligencia artificial considerados "inaceptables", como calificar a las personas en función de su percepción de confiabilidad. Entonces ¿puede la IA decidir por nosotros, controlar nuestras vidas y aconsejarnos incluso dónde ir de vacaciones o qué ropa debemos llevar?
Posiblemente podamos afirmar que tras la IA existen grandes lobbies mediáticos que condicionan nuestra forma de pensar e interactuar con todo nuestro entorno. El reconocimiento facial, la interacción en redes sociales, la consulta desinteresada a motores de búsqueda, la información recibida sobre algún tema, etc. todo, absolutamente todo, está controlado por grandes medios corporativos y gobiernos de todo el mundo.
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De hecho, la administración Biden ya se ha puesto en contacto con líderes europeos para poner cerco y mayor control a laboratorios de IA como son Google AI, Meta y OpenAI. Y como no podía ser de otra manera, la grandes empresas de Silicon Valley, ya han puesto el grito en el cielo al ver que tanta regulación puede crear una burocracia adicional que lastre el desarrollo de esta nueva tecnología.
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En definitiva, la lucha por el control y manipulación de la sociedad actual por parte de los gobiernos y empresas afines es un hecho irrefutable, tan solo hay que entender como funciona la Asociación Global sobre la IA (GPAI), creada por Justin Trudeau y Emmanuel Macron en 2020. Detrás de cada IA debemos pensar no solo quién hay detrás, sino qué desean que hagamos como sociedad.
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